La Vida es un reflejo de la alegría que me embarga en estos momentos; siento que las luces interiores de mi alma, abren paso a un elixir de pensamientos llenos de quietud y paz. Es verdad que a veces la tristeza me corroe, pero a quien no; más la vida y la enseñanza divina me han permitido ser paciente y ver el futuro con optimismo.
Percibo que es más fácil descubrir el mundo con los ojos de la imaginación y el positivismo puro, que con la energía negativa que emana del común de la gente.
Veo a través de la belleza naciente, horizontes exuberantes y llenos del resplandor que alguna vez di por perdido y que añoré por tanto tiempo.
Me he dado cuenta que no necesito estar triste para escribir y plasmar mi vida, sino que al contrario, puedo lograrlo estando alegre.
La vida me ha estado sonriendo, llenándome de satisfacción plena y pensamientos que nunca llegué a vislumbrar con claridad, pero que ahora se vuelven nítidos ante mí. Pensamientos que he llegado a compartir con otros mediante la predicación y el conocimiento divino.
Pensamientos relacionados con la vida eterna, el fin de la muerte y las aflicciones que causan estragos a la humanidad; pero que gracias al Reino de Dios serán cosa del pasado...un mal sueño que no será recordado ni subirá al corazón.
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